Aquellos que escogen el turismo rural comunitario participan en el quehacer diario y se sienten mas como visitas que como turistas.

Los pequeños albergues están ubicados en comunidades rurales, reservas naturales o territorios indígenas que no han cambiado su estilo de vida para adaptarse a las necesidades y gustos del turismo masivo.

Las comunidades han decidido como quieren presentarse ante los visitantes.

Dirigen y administran sus propias operaciones y se sienten orgullosos de quien son, de lo que hacen, y de las riquezas naturales y culturales impresionantes que han heredado.